Dualidades

Dualidades es una propuesta que indaga en la repetición, evocando emociones profundas y momentos de intimidad genuina. Explora el placer, la valentía de adentrarse en territorios inexplorados, haciendo aquello que normalmente evitaríamos. Por un instante, se convierten en actores que abandonan su nombre e identidad para ser alguien nuevo, expandiendo sus horizontes y asumiendo el brillo efímero de una estrella. Es una invitación a sorprender, a trascender límites con una mezcla de aceptación, confianza y la vibrante incertidumbre que acompaña lo inesperado de un resultado.

"El teatro es el lugar donde dejamos de ser quienes somos para ser quienes podríamos ser."

— Peter Brook

La grieta que florece

Una forma emerge de sí misma, como si la tierra pensara en voz alta: una parte apunta al cielo con el ímpetu del brote, la otra se curva hacia dentro, abrazando el silencio. Entre ambas, un ritmo secreto: el vaivén de lo que sueña despierto y lo que despierta soñando. No hay conflicto, solo la tensión sagrada del equilibrio.

“Toda raíz contiene su propia forma de volar.”

 —Alejandra Pizarnik

La tríada

Tres cuerpos, la misma verdad al desnudo. Ya no hay careta que lo oculte, ni gesto que disimule el temblor. El muro no lo contiene, el suelo no lo hunde: se muestra como es, sin miedo, sin permiso.

"La vergüenza era la máscara del miedo; hoy sólo queda la piel."

— Anónimo

El vuelo

Cuatro cuerpos, una intención: se lanza con medida, pero sabiendo que cada gesto visto es una elección. No es el salto lo que importa, sino cómo se cae con estilo.

"Ser uno mismo es la forma más audaz de vestirse."

— Desconocido

El juego del enigma

Seis presencias vibran en un espacio detenido por el óxido y el tiempo. Cada una adopta su rincón como si hubiese nacido para habitar el contorno exacto de esa geometría muda. Hay algo de fábula y algo de rito: cuerpos que dialogan con el volumen, miradas que rozan lo imposible. La escena respira con la inquietud de quien observa el mundo por primera vez. Todo parece a punto de decir algo… pero no lo hace.

“El misterio no está en lo oculto, sino en lo que insiste en mostrarse sin revelarse.” —René Magritte

Ella se recoge al borde del silencio, rodillas al pecho, la mirada hundida en el polvo. A su espalda, tres sombras se disuelven, cada vez más lejos, como pensamientos que deciden irse. La luz apenas roza los muros altos, pero la alcanza.

"Lo que no se dice, pesa."

— Idea Vilariño

Las que saltan

Tres cuerpos desafiando el horizonte. Saltan como quien escapa, como quien busca. La arena estalla bajo sus pies, la falda vuela como bandera de guerra. No hay pudor, hay fuerza. No hay destino, hay impulso. El blanco y negro congela el gesto: crudo, tenso, vital.

"Saltamos no para volar, sino para recordar que aún podemos levantar arena."

--Anónima

Donde la luz aún alcanza

Cinco versiones de una misma alma aguardan en la penumbra. No hay muebles, solo el eco de lo que fue. La piel, envuelta en arpillera, se arraiga al suelo como si quisiera olvidar el cuerpo. Cada figura mira la luz como quien recuerda algo que nunca vivió. La casa, rota y sucia, no es ruina: es un templo vencido, y ellas, reliquias vivas que aún respiran en el polvo. La ventana no ofrece escape, solo una dirección.

"La luz es tiempo que piensa."

— Octavio Paz

La barbacoa

El instante final no distingue nombres ni gestos. Nos alcanza como la marea al borde más alto de la arena: no importa cuán lejos corramos, el agua siempre llega. A todos nos cubre la misma sombra sin forma, esa que no asusta, solo recuerda que todo es préstamo. Somos luz encendida en cerillas distintas, pero el viento que sopla es el mismo para todos.

“La muerte es el único acontecimiento absoluto en la vida.”

— Franz Kafka

Risas y música rodean la barbacoa, donde el cuerpo de un animal se convierte en centro de festejo, olvidando el dolor que precedió al banquete.

“La muerte no debe ser motivo de fiesta, ni el sufrimiento ajeno, motivo de alegría.”

— Albert Schweitzer

Espaldas rojas 

Tres cuerpos agazapados, entregados a la gravedad y al juicio del cielo. Las manos hablan desde la sombra: se atan, se ofrecen, se expanden. El rojo no es color, es sentencia. La postura: una oración sin fe.

“El cuerpo nunca miente.”

— Martha Graham

El cuerpo como fuego en la oscuridad

Una estela desnuda cruza la nada; no hay carne, solo una intención encendida. El pecho se disuelve, la silueta se multiplica: no hay figura, hay impulso, deseo que apenas se sostiene.

“No vemos las cosas como son, las vemos como somos.”

— Anaïs Nin

Mujeres en la orilla

Las figuras son viento vestido de mujer, danzando sobre el umbral del día. No caminan: flotan entre la espuma y el tiempo, como recuerdos que aún no se han vivido. El anochecer llega por la derecha, como una verdad que no quiere interrumpir.

“Somos hechos de la misma materia que los sueños, y nuestra pequeña vida está rodeada de sueño.”

— William Shakespeare

Tres cuerpos aislados en su naufragio. Una se niega a ver, otra se ofrece al vértigo, la tercera ya se hunde. El agua apenas las cubre, pero pesa como si fuese plomo. No hay consuelo en la desnudez, sólo verdad. El plástico encierra, la piel grita en silencio. Cada recipiente oscuro, una celda líquida del alma.

"Hay cuerpos que no flotan… no por el peso del agua, sino por el peso de lo no dicho."

--Anónimo

La red y los peces

Tres sueños salobres flotan en porcelana. En uno, la hambre del instinto la guía a morder el abismo. En otro, el frío la encoge y la aleja del festín. En el último, sonríe: ha hecho del naufragio su casa.

"El mar es todo. Cubre siete décimas partes del globo terrestre. Su aliento es puro y sano."

— Jules Verne

 El agua y los gestos sumergidos

Tres quietudes líquidas hablan sin voz. Unos pies buscan cielo, una flor emerge como un suspiro. Ella gira bajo el agua, entregada al silencio que todo lo cubre.

"El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza."

— Leonardo da Vinci

 El velo transparente

Tres cuerpos velados por la piel del encierro. El plástico no cubre, solo silencia, aplasta, difumina lo humano. Cada cabeza se entrega a una dirección distinta, como quien busca sentido en medio del ahogo sereno. La transparencia no libera, sólo revela la prisión sutil.

"Lo que está detrás de nosotros y lo que está delante son cosas pequeñas comparadas con lo que está dentro de nosotros."

— Ralph Waldo Emerson

El cristal y la rendija

El encierro tiene forma de grito contenido. Los pies escapan como huellas sin camino. Las manos claman. La boca calla gritando. El límite no es el cristal, es la angustia que no cabe.

"No hay mayor dolor que recordar los tiempos felices desde la miseria."

— Dante Alighieri

El juicio

Tres rostros y uno solo. Dos miradas cargan la culpa; una se inclina bajo su peso. No hay verdugos, sólo el espejo de sí misma. El plástico flota como una conciencia frágil, envolviendo el aire con lo no dicho.

“Ningún enemigo puede herirte tanto como tus propios pensamientos sin dominar.”

— Buda


Tres cápsulas del alma se abren en paralelo, conteniendo en su interior fragmentos de un mismo pensamiento. El tiempo se detiene en cada una, mientras la luz desciende como una duda clara sobre lo que asoma. Ella, reflejo repetido de una introspección silente, se pliega y despliega entre madera y sombra, suspendida en un tránsito quieto. La escena murmura en voz baja sobre la búsqueda de sí, el encierro elegido y la promesa de un instante sin prisa.

"I am rooted, but I flow." ("Estoy enraizada, pero fluyo.")

-- Virginia Woolf

La lucha

Una misma esencia se debate en un mar oscuro, envuelta en sombras que retan su libertad, reflejando la lucha constante contra los miedos y la adversidad que impone la vida.

"En medio del invierno, finalmente aprendí que dentro de mí habitaba un verano invencible."

— Albert Camus


Tres reflejos bajo un velo que se tensa, el cuerpo se curva como un suspiro ahogado,

y el sueño se vuelve un eco de fuerza y silencio, mientras el aire pesa y los colores se estremecen.

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.”

— Haruki Murakami

El tiempo nos transforma, y cada paso atrás es una versión distinta de nosotros mismos. Pero todas las caras que ofrecemos al mundo, aunque parezcan diferentes, son partes de un mismo ser, completo y único en su esencia.

“No somos la misma persona que éramos ayer, pero seguimos siendo nosotros.”

— Inspirado en Heráclito y la filosofía del cambio

En la quietud, la figura se repliega como flor sobre sí misma. La luz y la sombra acarician su piel, donde tatuajes y curvas revelan feminidad y misterio. El ambiente se tiñe de azul, y cada gesto es un suspiro sensual.

“La sensualidad es el arte de sugerir, de mostrar lo invisible a través de lo visible.”

— Anaïs Nin

En la quietud que precede al movimiento, dos almas gemelas se miran. Una se inclina, abrumada por la tormenta; la otra, serena, la sostiene desde el silencio. Ambas habitan el mismo espacio, y cuando la sombra se cierne, una es la luz que guía a la otra, recordando que, en los malos momentos, la ayuda más profunda nace del interior.

“El verdadero amigo es el que está en ti mismo.”

— Ralph Waldo Emerson 

En el silencio del espacio, el cuerpo se desliza, se pliega, se estira, se mancha y se renueva. Cada movimiento es una danza íntima, donde la piel respira sensibilidad y la femineidad se despierta en cada gesto. La sensualidad brota en la fluidez, en la forma en que la figura se amolda y se abandona, se tensa y se relaja, se resigna y se revive. El ambiente se impregna de frescura y vitalidad, como si la naturaleza misma inspirara cada respiro. El lugar se convierte en un espejo donde la desnudez se transforma en poesía, y cada instante es un acto de entrega y descubrimiento.

“El cuerpo es el instrumento de nuestra presencia en el mundo, la primera y última frontera de la identidad.”

— Martha Graham

En la penumbra, los límites se desdibujan. Un cuerpo, fragmentado y desnudo, se abandona al tacto, mientras brazos invisibles trazan el mapa de la piel. El sudor, como un río de luz, revela la fragilidad del encuentro. Entre luces y sombras, la cercanía y la distancia se confunden en un abrazo que nunca es completo. Cada escena, separada y unida a la vez, cuenta la historia de una dualidad: la necesidad de ser visto, y el deseo de permanecer oculto.

“Lo esencial es invisible a los ojos.”

— Antoine de Saint-Exupéry (El Principito)

En un universo donde el amor y la cotidianidad se entrelazan, la obra explora la intimidad de las parejas enfrentadas a las contradicciones del romanticismo: la euforia de los comienzos, la vulnerabilidad de las emociones, las desilusiones y el aislamiento que a veces surge incluso estando juntos. Con un tono que oscila entre lo poético y lo cómico, la puesta en escena revela cómo, a pesar de los conflictos y la distancia emocional, el deseo de conexión permanece intacto, invitando a reflexionar sobre la complejidad y la belleza de amar y ser amado.

“El amor no mira con los ojos, sino con el alma.”

— William Shakespeare

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